En todo el mundo, mientras los proyectos de construcción continúan creciendo tanto en alcance como en complejidad, la productividad laboral se está estancando. Según McKinsey Global Institute, el crecimiento de la productividad de los constructores en todo el mundo ha promediado únicamente un crecimiento del 1% por año durante las últimas dos décadas, en comparación con el crecimiento del 3,6% en el sector manufacturero. Por ejemplo, en Estados Unidos, la productividad de la construcción se ha reducido a la mitad desde finales de la década de 1960.

Mientras la productividad se estanca, la escasez de mano de obra se intensifica y el coste de los materiales y la mano de obra está aumentando. Estos desafíos de la industria se ven magnificados por la migración global de entornos rurales a urbanos. De hecho, la población de las áreas urbanas globales está aumentando en 200.000 personas por día. Un informe de las Naciones Unidas proyecta que para 2050, la población mundial que vive en ciudades habrá aumentado del 55% al 68%. Esto se traduce en una necesidad de todo, desde nuevas viviendas y escuelas hasta edificios de oficinas e infraestructura, para 2.500 millones de personas.

En pocas palabras, tendremos que construir "una ciudad de Nueva York completa cada mes" durante las próximas décadas para mantener el ritmo.

En el panorama actual de la construcción, hipercompetitivo y en constante evolución, el éxito sostenible depende de la mejora continua.

Hoy en día, las empresas están preocupadas por optimizar los resultados en tres áreas clave:

  • Seguridad en el trabajo
  • Atracción y conservación de trabajadores especializados
  • Optimización de la productividad.

La industria de la construcción actual está en auge y es tremendamente competitiva. En este clima, los procesos comerciales de statu quo ya no son válidos. Para mantener el ritmo y mantener la rentabilidad, las empresas deben encontrar nuevas formas de aumentar la eficiencia, mejorar la productividad y aumentar los márgenes. 

La buena noticia es que después de un comienzo mucho más lento que la mayoría de las industrias, la construcción finalmente se está uniendo a la revolución digital, tal y como hemos podido ver en anteriores publicaciones. Los inversores, al ver una industria multimillonaria preparada para la disrupción, han invertido miles de millones de dólares en tecnología de la construcción. Solo en la primera mitad de 2018, las sociedades de capital riesgo inyectaron 1.050 millones de dólares en nuevas empresas de tecnología de la construcción a nivel mundial.

Como resultado, ha habido un fuerte aumento en el número de soluciones específicas de construcción disponibles en el mercado, como es el caso de CoSMoS. Las empresas de construcción se están moviendo rápidamente para implementar una gama de soluciones de software innovadoras totalmente nuevas. Para consolidar este cambio transformador que ya hemos visto en otros sectores, las empresas constructoras tienen que confiar y colaborar estrechamente con estos nuevos socios tecnológicos que permiten un aprovechamiento eficaz de las nuevas soluciones.