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Convertir las ambiciones en materia de sostenibilidad en una realidad pasa por la transformación de los edificios. El entorno construido es el mayor emisor de carbono, por delante incluso del transporte y la agricultura. De hecho, casi el 40% de las emisiones de carbono del mundo provienen de los edificios, y se espera que la huella total de la industria se duplique para 2060.

Sin embargo, a pesar del enorme impacto ambiental de los edificios, el entorno construido recibe solo el 5% de las inversiones en tecnología climática. Por tanto, estas tecnologías siguen siendo una oportunidad sin explotar para las empresas que deseen cumplir los objetivos de sostenibilidad.

La ausencia de una estrategia de sostenibilidad que conecte las operaciones constructivas diarias con los objetivos climáticos a largo plazo es un gran problema. La tecnología es la respuesta para que las empresas alcancen en el futuro las cero emisiones netas.

Creación de un plan de acción de sostenibilidad

Los edificios ecológicos han sido parte de la conciencia global durante décadas. Desde la formación del Consejo de Edificios Ecológicos de los Estados Unidos (USGBC) en 1993 para calificar la sostenibilidad de los edificios, hasta el Compromiso de Edificios con Cero Carbono Neto del WorldGBC en 2018 focalizado en la descarbonización del entorno construido.

Sin embargo, no hay suficientes empresas que hayan establecido una planificación detallada. Esto dificulta la transición hacia edificios más sostenibles que permitan lograr el objetivo de las cero emisiones netas de carbono.

Para conseguirlo, el primer paso es la implementación de un enfoque basado en resultados y datos. Así se pueden controlar los objetivos y la estrategia a largo plazo. Inicialmente, las empresas deberán evaluar sus gastos mensuales. Desde facturas de energía, eficiencia de los equipos, consumo de agua, costes de reciclaje frente a vertederos, hasta cuantificar las emisiones de carbono y establecer un punto de partida.

Más adelante, este punto de partida permitirá comparar el desempeño con la industria y con el histórico, identificando los hitos necesarios para alcanzar las cero emisiones netas. Sin embargo, esto es solo el inicio de la monitorización del impacto ambiental, siendo necesario un seguimiento constante del desempeño en sostenibilidad. Con esta información, las empresas pueden crear un plan estratégico de sostenibilidad, basado en los objetivos y las métricas recopiladas. 

La tecnología debe impulsar el progreso

Las estrategias deben centrarse en reducir de manera práctica el consumo y las emisiones en los edificios existentes (carbono operativo) y garantizar que los nuevos desarrollos sean más eficientes (carbono incorporado). ¿Conoces la diferencia entre carbono operativo y carbono incorporado?

Los edificios ecológicos también son edificios inteligentes. La tecnología es necesaria para poder realizar ajustes en tiempo real que reduzcan las emisiones. Ya sea mediante el uso de recursos de manera más eficiente u optimizando el desempeño ambiental y económico. Además, el potencial de la tecnología para reducir el consumo de energía en edificios nuevos y existentes es enorme. 

Actualmente las herramientas de recopilación y análisis de datos son perfectas para dotar a las empresas con los conocimientos necesarios para tomar decisiones proactivas. Entre estas tecnologías, destacan: 

  • Los sensores de Internet de las cosas. Estos sistemas proporcionan datos en tiempo real sobre diversas variables. Desde el uso de energía, los sistemas de un edificio o la resistencia del hormigón vertido. Gracias a esta tecnología las empresas pueden recopilar información en tiempo real y evaluar y determinar así las acciones prioritarias.
  • La inteligencia artificial aprovecha la información recopilada para identificar mejoras. Por ejemplo, crear espacios más cómodos y al mismo tiempo ahorrar energía o mejorar la calidad del aire interior y traer aire fresco al interior. Además, la IA también puede proporcionar recomendaciones de mantenimiento predictivo para evitar problemas futuros.

Adicionalmente, una gran cantidad de la energía de un edificio se gasta en calefacción, refrigeración e iluminación. La tecnología deberá desempeñar un papel para hacer que estos procesos sean más ecológicos y eficientes.

Los edificios ecológicos de hoy tienen que ver con la tecnología inteligente que impulsará los entornos construidos de manera sostenible. Hay muchas otras tecnologías que las empresas deben considerar para la construcción. Dado que la implementación de tecnología en los procesos constructivos puede reducir el impacto ambiental inicial de los edificios (carbono incorporado).

Cada organización deberá determinar qué tiene más sentido para sus estrategias y objetivos únicos.

Un futuro verde es rentable

Es importante tener en cuenta que, aunque implementar acciones sostenibles en un edificio tenga costes iniciales más altos, esta inversión tiende a compensarse con costes más bajos del ciclo de vida a largo plazo.

En la actualidad, las personas quieren vivir y trabajar en edificios ecológicos y sostenibles. Dichos edificios están alineados con el cambio social hacia cero emisiones y a su vez son mejores para la salud de los inquilinos y la productividad de los empleados. Además, intensificar los esfuerzos en sostenibilidad tiene recompensa, ya que los edificios ecológicos tienes menos costes operativos, duran más y aumentan su valor con el tiempo.

De hecho, varias investigaciones revelan que las medidas hacia las cero emisiones impactan directamente en el resultado final de un edificio. También señalan que no lograr la descarbonización conduce a un riesgo financiero significativo. Para muchos edificios, el cumplimiento de los objetivos de descarbonización para 2050 consiste en la modernización de los espacios actuales. Esto puede generar alquileres más altos, reducir el riesgo financiero y generar mayores tasas de ocupación y satisfacción de los inquilinos.

Garantizar que los edificios sean sostenibles debe ser una prioridad en la estrategia de cada organización a medida que comienzan a tomar medidas tangibles para reducir las emisiones. 

Ha llegado el momento de construir un futuro más sostenible, y comienza con los propios edificios.