transformación digital

Los beneficios  que la transformación digital ofrece al sector de la construcción son esenciales para solventar sus principales problemas. No obstante, la adopción de las herramientas y tecnologías está siendo un desafío para la industria de la construcción.

La transformación digital es uno de los objetivos principales para la mayoría de las constructoras. De hecho, el 71% de las constructoras señalan que la transformación digital es una prioridad, según la Encuesta de Transformación Digital en la Construcción de marzo de 2022.

Pese a las ventajas que se consiguen a través de la transformación digital, el ratio de adopción está siendo sorprendentemente bajo. Diversas encuestas señalan que únicamente el 15% ha implementado una estrategia de transformación digital. ¿Cuál es el problema?

Un primer motivo es la complejidad del ecosistema constructivo. Numerosas empresas diferentes participan en el proceso constructivo, desde propietarios, diseñadores hasta constructores o estructuristas. Esto dificulta la implementación de cualquier tecnología. Otra explicación es el distanciamiento entre la realidad de los oficios de la construcción y las tecnologías que facilitan la transformación digital. 

Otra posible causa es la diferencia en la forma de trabajar entre la transformación digital y la construcción. La transformación digital es un proceso continuo, que no tiene un presupuesto fijo sino que requiere de inversión continua. En contraposición, la construcción funciona por proyectos que comienzan y finalizan mientras la transformación digital está en curso. Este hecho dificulta la cuantificación del resultado global de la implementación de tecnología.

Por lo tanto, el camino hacia la transformación digital va a venir determinado por los siguientes factores: 

1. Identificación de líderes ágiles

El ecosistema de la construcción es complejo. Por ello, para el éxito de la transformación digital es esencial reunir a un equipo experto. Este equipo deberá contar con conocimientos técnicos, habilidades comerciales y de comunicación personal, curiosidad por la tecnología y la voluntad de asumir más riesgos. En conclusión, personas ágiles que se adapten a diferentes problemas y estén cómodas trabajando en escenarios inciertos. 

2. Sinergias entre obra y oficina

Las nuevas tecnologías requieren su implementación y utilización tanto en la oficina como en la obra. Los datos de la obra son una parte fundamental ausente en muchas estrategias digitales. Esta situación, reduce la capacidad de mejorar adecuadamente los procesos constructivos.   

Las empresas con visión de futuro se están dando cuenta de los beneficios de tener información en tiempo real directamente desde la obra. Por ello, están trabajando en como captar e integrar esta información en sus plataformas de gestión de proyectos. Además, esta integración elimina la información duplicada o conflictiva y al mismo tiempo reduce la administración en la sede.

Es el caso de CoSMoS, donde gracias a la tecnología IoT, se puede controlar en tiempo real la evolución del fraguado del hormigón vertido en obra desde cualquier lugar, mejorando la seguridad en obra y permitiendo tomar mejores decisiones en los procesos constructivos. 

3. Seleccionar la tecnología adecuada

En el proceso de selección de la tecnología, los criterios deben ir más allá del bajo coste y el alto ROI. Las tecnologías deben ser intuitivas, fáciles de utilizar y con datos que se conecten con otras plataformas de la empresa. Cualquier nueva implementación en tecnología debe complementar a las inversiones ya existentes. Además, la combinación de herramientas puede crear imágenes más completas y realistas de los proyectos.

4. Establecer expectativas realistas

En la construcción prima la inmediatez de la rentabilidad de las inversiones en transformación digital. No obstante, dado que los procesos tecnológicos son iterativos, se deben establecer KPIs realistas que permitan medir el progreso en múltiples iteraciones.

Por ejemplo, para evaluar con precisión el rendimiento de una plataforma de gestión de proyectos, se debe establecer un punto de referencia al inicio del proceso, seis meses después de la implementación y tras un año. La evaluación anual debe realizarse antes de la renovación anual del producto tecnológico. Los factores a valorar son la rapidez de aprendizaje y el coste estimado para que los empleados empiecen a sacarle partido. Además, es importante cuantificar el coste de mantenimiento de la plataforma y el valor que aporta al mejorar la toma de decisiones.

La transformación digital está en marcha en la industria de la construcción. Las empresas deben adoptarla en su visión estratégica y establecer pautas y métricas de ROI que permitan maximizar el beneficio de la implementación de tecnología.