Verter hormigón en climas cálidos requiere precauciones adicionales para garantizar el correcto fraguado del hormigón y la ganancia de resistencia a un ritmo estable. El clima cálido acelera la ganancia de resistencia a una edad temprana, lo que es una ventaja en la construcción. No obstante, temperaturas demasiado altas podrían causar problemas de durabilidad en el hormigón, como la formación de etringita tardía (DEF) y la contracción excesiva. Debido a esto, la monitorización del hormigón en climas cálidos se convierte en una herramienta esencial.

Por ello, controlar la temperatura durante el curado del hormigón en climas cálidos es esencial minimizando los problemas de durabilidad y garantizando la resistencia adecuada. El American Concrete Institute (ACI) especifica en la ACI305R-10 “Guía para el hormigonado en climas cálidos” las temperaturas máximas recomendadas del hormigón durante el vertido y el curado. Estas recomendaciones a menudo se reflejan como requisitos en las especificaciones del proyecto.

Para garantizar que la temperatura interna del hormigón permanece por debajo del umbral de temperatura máxima indicado por la ACI o por las especificaciones del proyecto, se pueden incorporar sensores en el hormigón para monitorizar y registrar de manera continua la temperatura del hormigón en intervalos regulares. Estos datos informan al usuario de la temperatura en tiempo real del hormigón, así como de su histórico. Esto permite verificar el cumplimiento de las especificaciones o tomar medidas correctivas si las temperaturas se acercan al límite identificado en la ACI.

¿Por qué es esencial monitorizar las temperaturas del hormigón en climas cálidos?

La monitorización de la temperatura permite al usuario respetar las temperaturas máximas especificadas por la ACI o el proyecto durante el curado. Regular la temperatura interna del hormigón fresco es crucial en climas cálidos. Cuando excede los 70°C, el proceso de hidratación del cemento se altera, aumentando el riesgo potencial de DEF. Normalmente, el DEF no aparece hasta años después del vertido de hormigón, pero una vez aparece puede causar agrietamientos severos.

La contracción por secado es otro problema de durabilidad agravado por las altas temperaturas. Con el tiempo, la humedad en los poros del hormigón se pierde a través del proceso de hidratación del cemento y la evaporación. Esta pérdida de agua, provoca que el hormigón se contraiga, creando un potencial de agrietamiento. Las altas temperaturas pueden intensificar la tasa de pérdida de agua, aumentando la probabilidad y la gravedad de las grietas.

El agrietamiento causado por el DEF y la contracción pueden ser severos, comprometiendo  la integridad de la estructura. Además, pueden ocasionar otros problemas de durabilidad debido a las grietas generadas. La mejor manera de prevenir estos problemas de durabilidad es comprobar que el hormigón recién cumple las especificaciones térmicas. La reparación y reconstrucción posteriores al deterioro son muy costosas, por lo que mantener la integridad del hormigón desde el principio puede ahorrarle al propietario y al contratista miles de euros en el futuro.

Control de la temperatura y de la resistencia del hormigón

La monitorización continua de la temperatura, desde el vertido del hormigón y especialmente durante la edad temprana del hormigón, es esencial en climas cálidos para garantizar que el hormigón no supere las especificaciones de temperatura máxima. Los termómetros se pueden usar para medir el hormigón en el momento de la entrega en el sitio. Pero, se necesita un sistema de monitoreo integrado para monitorear continuamente el aumento de temperatura in situ a una edad temprana. El uso de un sistema de monitoreo no destructivo como CoSMoS es la mejor opción para que los usuarios conozcan la evolución de la temperatura y resistencia del hormigón durante todo el proceso de curado, como ya hemos visto en anteriores publicaciones.

La monitorización de la temperatura del hormigón en climas cálidos es esencial para prevenir la formación de etringita tardía y la retracción por secado, maximizando la durabilidad a largo plazo del hormigón y minimizando los costes de reparación. CoSMoS recopila en tiempo real los datos de la temperatura y de la resistencia del hormigón, permitiendo a los usuarios optimizar los tiempos de curado en climas cálidos, maximizando las ventajas de este clima y a su vez reducir los riesgos mediante la prevención del deterioro años antes de que comience.