reducir emisiones en la construcción

Los consumidores demandan cada vez mayor transparencia, especialmente en materias como la sostenibilidad y las prácticas ambientales. Esto tiene implicaciones para todas las industrias. Por ello, las empresas trabajan para comunicar mejor sus esfuerzos sociales y ambientales. Es el momento de que la construcción, caracterizada por la falta de información sobre los materiales y las prácticas utilizadas. El sector debe dar un paso adelante, y trabajar para reducir emisiones en la construcción.

El coste de la inacción es demasiado alto para ignorarlo. Los edificios representan el 39% de las emisiones globales totales de carbono. Tradicionalmente, la mayoría de los esfuerzos para reducir emisiones en la construcción se centran en el carbono operativo. Este comprende el uso diario de energía de un edificio, representando aproximadamente un 28% de las emisiones. El 11% restante proviene de lo que a menudo se ignora: el carbono incorporado.

El carbono incorporado consiste en todas las emisiones asociadas con la construcción de edificios. Desde la extracción, el transporte, la fabricación y la instalación de materiales de construcción en el sitio, así como las emisiones operativas hasta el final de la vida útil de dichos materiales. En esta publicación, exploramos estrategias para reducir las emisiones en el entorno construido.

Para ello, se pueden aplicar estrategias en toda la cadena de valor de la construcción, como las que os presentamos a continuación:

1- Seleccionar materiales bajos en carbono

Según Architecture 2030, el hormigón, el acero y el aluminio son responsables del 23 % del total de las emisiones globales. Existe una gran oportunidad para la reducción del carbono incorporado en estos materiales de alto impacto. Ya sea a través de políticas, diseño, selección de materiales y especificaciones. Un informe de McKinsey sobre el carbono incorporado en los edificios señala que: “Dos materiales pueden parecer idénticos, costar lo mismo, funcionar con el mismo estándar, pero tener características de carbono incorporado totalmente diferentes. Por ejemplo, una viga de acero 100 % reciclado producida con energía renovable puede parecer idéntica a una viga de acero virgen producida con un horno de carbón. No obstante, sus niveles de carbono incorporado son significativamente diferentes. Además, el origen de cada viga de acero y la distancia de transporte añaden una mayor complejidad”.

Reducir los materiales sin comprometer la calidad y seleccionar los materiales de construcción adecuados con mayor reciclabilidad es esencial para reducir el carbono incorporado. En otras publicaciones ya hablamos de que materiales se podían reciclar en la construcción.

Por ejemplo, el uso de agregados reciclados, opciones de hormigón más ecológicas, acero estructural recuperado, madera con certificación FSC u otros materiales innovadores de carbono negativo, como el aislamiento a base de plantas, ayudan a reducir el contenido de carbono incorporado de los materiales utilizados. Los materiales sostenibles certificados también deben provenir de cadenas de suministro comprometidas con declaraciones de productos ambientales transparentes.

2- Realizar un análisis del ciclo de vida de todo el edificio

El análisis del ciclo de vida se refiere a la cuantificación del impacto ambiental potencial de un edificio completo. Realizar un análisis del ciclo de vida completo de un edificio tras la selección de materiales permite a los equipos de diseño localizar posibles problemas ambientales e identificar alternativas más sostenibles. 

Los análisis del ciclo de vida implican:

  • Compilar un inventario de entradas de materiales relevantes y de las salidas ambientales asociadas con un edificio.
  • Evaluar los impactos potenciales de estas entradas y salidas.
  • Interpretar los resultados para tomar decisiones ambientalmente responsables.

A medida que la importancia de abordar el carbono incorporado gana impulso, continúan surgiendo metodologías y protocolos sobre cómo medir el carbono incorporado de manera estandarizada. Por ejemplo, publicaciones que brindan orientación y sugieren puntos de referencia para evaluar el carbono incorporado de edificios o materiales de construcción.  Además de, herramientas digitales que ayudan a calcular con precisión el carbono incorporado.

3- Implementar políticas de compras bajas en carbono

Para algunos materiales esenciales, como por ejemplo, el hormigón, los diseñadores pueden añadir como factor de decisión la huella de carbono incorporada de las mezclas, dado que diversas tipologías de hormigones pueden cumplir con los requisitos de desempeño a nivel estructural. Luego, la oferta compatible se puede seleccionar en función de la huella de carbono y el coste, generando ahorros significativos.

4- Invertir en compensaciones de carbono

El carbono incorporado en la construcción de nuevos edificios o renovaciones se puede compensar mediante una compra única, reduciendo así a cero las emisiones del proyecto. Sin embargo, la transparencia es un requisito previo crítico para seleccionar, analizar, comprar y compensar el carbono incorporado.

En resumen, para revertir el cambio climático de manera efectiva y crear un planeta más saludable, la toma de decisiones basadas en el carbono es fundamental. Trabajando primero en el carbono operativo y abordando luego el reto del carbono incorporado en el entorno construido. Ya sea mediante materiales bajos en carbono, el análisis del ciclo de vida del edificio, las políticas de adquisición bajas en carbono o la inversión en compensaciones de carbono, podemos minimizar la huella de carbono del entorno construido y generar un cambio significativo.