Hoja de ruta para la descarbonización de la construcción
El cemento, junto con su producto final, el hormigón, ha sustentado nuestro modo de vida durante los últimos dos siglos. Sus características (seguridad, durabilidad, asequibilidad y versatilidad) lo hacen indispensable en la construcción. Edificios residenciales, oficinas e infraestructuras, en todas estas estructuras este material juega un papel clave. Hoy veremos los pasos que se están realizando hacia una hoja de ruta para la descarbonización de los procesos constructivos.
La industria del cemento europea fue pionera entre los sectores industriales presentando su hoja de ruta para la descarbonización y neutralidad de carbono tras el Pacto Verde Europeo. Debido a esto, han surgido numerosos proyectos de innovación en Europa destinados a descarbonizar la producción de cemento a través de diversas tecnologías. Los cambios suceden a un ritmo vertiginoso en la construcción. Como muestra de ello, hasta ocho proyectos con el objetivo de descarbonizar la producción de cemento han recibido recientemente apoyo financiero europeo.
Descarbonizar los edificios es una prioridad para la Comisión Europea, y las políticas centradas en ello serán fundamentales para apoyar la inversión del sector. Para ello, ya se ha revisado el Reglamento sobre productos de construcción y la Directiva sobre eficiencia energética de los edificios. La Comisión está desarrollando ahora una hoja de ruta de la UE para reducir las emisiones de carbono durante toda la vida útil en la construcción de aquí a 2050. Abarcando tanto las emisiones operativas del edificio (uso de energía del edificio principalmente para calefacción y refrigeración) como la reducción de la huella de carbono de los materiales utilizados en los edificios, conocidas como emisiones incorporadas o embebidas.
La opinión del sector
Este enfoque adicional en las emisiones incorporadas, se ha visto desde el sector como algo importante para poder cumplir los objetivos colectivos del Pacto Verde europeo. Sin embargo, varios puntos son esenciales para que la futura hoja de ruta sea eficaz para descarbonizar los edificios de la UE.
En primer lugar, se debe abordar la interacción entre el CO2 operativo y el incorporado. Por ejemplo, aumentar ligeramente el carbono embebido con algún material puede aportar reducciones más significativas en carbono operativo. Además, la digitalización del hormigón y de los procesos constructivos será un factor clave en la disminución del carbono embebido en los edificios.
En segundo lugar, las políticas de construcción deben basarse en un análisis del ciclo de vida completo y en principios de economía circular. Los edificios del futuro deben construirse para que tengan el mayor tiempo de vida útil. El hormigón es duradero y 100% reciclable, por lo que debería jugar un papel destacado.
En tercer lugar, el hormigón también puede absorber CO2 durante su vida útil mediante la “carbonatación”, un proceso que puede mejorarse mediante el diseño arquitectónico.
En cuarto lugar, la eficiencia material puede ser una forma adicional de reducir el carbono incorporado en los edificios. Las regulaciones de los diseñadores y los edificios son clave para permitir un uso más eficiente del hormigón para el mismo desempeño.
Por último, pero no menos importante, la legislación debe permanecer materialmente neutra. Este es un punto particularmente importante. No existe una solución milagrosa para descarbonizar el sector. Todas las opciones conllevan sus compensaciones, ya sea en términos de pérdida de biodiversidad o limitaciones de escalabilidad. Todos los materiales tienen un papel que desempeñar en combinación entre sí. Por lo tanto, las evaluaciones de sostenibilidad deberían realizarse a nivel de edificación con todos los materiales sujetos a la misma normativa.
Conclusiones
En conclusión, la próxima Hoja de Ruta de la Comisión debe ofrecer un marco político equilibrado y materialmente neutral que recoja las observaciones realizadas por las empresas del sector. Debe existir un equilibrio entre los objetivos de sostenibilidad, la descarbonización de procesos y satisfacer la demanda de vivienda que existe en la actualidad en el mundo, tal y como vimos en anteriores publicaciones.