¿Por qué fracasan los megaproyectos?
Los nuevos avances tecnológicos en el sector de la construcción han generado una escalada en el tamaño de los proyectos. Cada vez surgen más proyectos que asombran al mundo por sus dimensiones y pretensiones tecnológicas, véase como ejemplo el proyecto The Line. Pero, pese a su claro atractivo, a medida que un proyecto de construcción crece, también aumentan los riesgos inherentes al mismo. En la publicación de hoy vamos a ver ejemplos de porque fracasan los megaproyectos.
Una gran cantidad de factores contribuye a que el trabajo se envíe fuera de plazo y por encima del presupuesto, con graves consecuencias para todo el proyecto. En los peores casos, se generan disputas legales, que pueden dañar la reputación y provocar que los proyectos sean reducidos e incluso cancelados. Los megaproyectos (que normalmente cuestan millones de euros) pueden verse sujetos a un nivel de escrutinio mucho más detallado. Pese a ello, incluso siendo conscientes de los riesgos, las cosas salen mal.
Un claro ejemplo son los proyectos de sistemas ferroviarios de alta velocidad en diversas partes del mundo. Con muchos kilómetros por construir, las estimaciones presupuestarias de muchos de ellos se han quedado cortas. Como resultado se han dado incrementos de hasta un 20% del presupuesto y ampliaciones del plazo de finalización previsto.
Según la tipología del proyecto, la propensión a problemas durante su ejecución es más probable. Proyectos de presas hidroeléctricas, centrales nucleares o proyectos masivos como los Juegos Olímpicos se encuentran entre los más problemáticos.
Razones por las que fracasan los megaproyectos
No obstante, sin importar la tipología de proyectos, existen una serie de causas comunes por las que fracasan los megaproyectos:
Optimismo en las previsiones y condiciones que rodean al proyecto. Sucede especialmente en materia del presupuesto y el cronograma, no contemplando situaciones o escenarios alternativos que pueden suponer un riesgo alto para el proyecto. Si se peca de optimismo en el presupuesto, lo más probable es que haya un sobrecoste en el proyecto.
Otra de las razones principales es la competencia previa en la licitación y promoción del proyecto. Para ser el proyecto elegido, tienes que ser competitivo en calidades, costes y plazos, esto suele generar previsiones más pensadas en conseguir el proyecto en vez de en ejecutarlo y a la larga esto genera sobrecostes y retrasos.
Además, otras causas destacadas son la complejidad de algunos proyectos, unas condiciones geotécnicas difíciles o hallazgos arqueológicos inesperados.
4 ingredientes clave para el éxito
Pese a los numerosos problemas que pueden surgir, existen numerosos casos de éxito, que han sabido esquivar las causas por las que fracasan los megaproyectos. Un gran ejemplo es el Museo Guggenheim de Bilbao que fue construido en plazo y dentro del presupuesto por Ferrovial. Pero, ¿cuáles son las claves para alcanzar el éxito al desarrollar un megaproyecto?
1) Recurrencia
Los megaproyectos que se forman a partir de elementos básicos, muy trabajados, reducen los riesgos. Un ejemplo claro son los parques eólicos, en ellos cada turbina se compone de varios elementos que son repetibles. Por este motivo, se han optimizado mediante la experiencia todos los procesos que involucran a estos elementos, desde la fabricación hasta la ejecución o instalación en obra.
2) Un equipo de entrega experimentado y competente
Otro pilar esencial en los megaproyectos es un equipo de construcción con experiencia en esa tipología de proyecto. Es muy recomendable contratar gente especializada en el tipo de proyecto a llevar a cabo para así asegurar el éxito en el proyecto.
3) Los incentivos adecuados
Es importante alinear los incentivos y las motivaciones de los equipos que trabajan en el proyecto con el objetivo final que se persigue en el megaproyecto. Para ello es importante establecer un sistema de incentivos adecuado.
4) Incorporar la innovación
Los plazos de los megaproyetos son extensos y cualquier pequeña variación puede suponer días o semanas de retrasos. Por ello, la implementación de tecnologías e innovaciones durante el mismo puede permitir optimizar procesos y así compensar otros retrasos generados durante la ejecución del proyecto.
Un ejemplo claro es CoSMoS, esta herramienta de monitorización de la resistencia del hormigón permite controlar la evolución del fraguado de este material en tiempo real. Gracias a esta información, se flexibilizan los plazos de ejecución de los proyectos, lo que supone sacarle el máximo partido al proceso constructivo.
Nuestra experiencia señala que con una adecuada gestión se pueden reducir los plazos de ejecución de la estructura, por ejemplo, la implementación del sistema CoSMoS en un rascacielos de 37 plantas, supuso el ahorro potencial de casi 3 meses de proyecto, además de otras ventajas como ya vimos en anteriores publicaciones.
En conclusión, las causas por las que fracasan los megaproyectos son muy variadas pero una buena estrategia desde el inicio del mismo permite reducir estos riesgos y potenciar los factores que asegurarán el éxito en la construcción de megaproyectos.