¿Es incierto el futuro de los rascacielos?
La aparición de la pandemia ha cambiado muchas necesidades de las personas. Desde entonces, la importancia de tener un espacio abierto en la vivienda o la disponibilidad de una habitación extra convertible en despacho han crecido. El teletrabajo se ha incrementado para reducir riesgos de contagio y porque se ha visto que en algunos casos es funcional. Esto nos ha dejado varios interrogantes ¿Qué pasará con los proyectos de edificios de oficinas? ¿Cuál es el futuro de los rascacielos? ¿La organización de las ciudades es la correcta?
Estas preguntas hacen que diversos diseñadores se cuestionen la formula actual:
Alta densidad de población + Alto valor de los terrenos = Grandes rascacielos.
Estas inquietudes, se suman a la decisión de China de limitar la construcción de grandes edificios, considerados como proyectos de vanidad. Unas restricciones que llegan cuando miles de oficinas en todo el mundo se encuentran vacías debido a que una parte sustancial de los trabajadores están teletrabajando. Estos factores generan dudas en el futuro de los rascacielos.
El caso de China es destacado, dado que es una parte muy importante en el sector de la construcción. Cada año construye alrededor de dos mil millones de metros cuadrados, 1.3 veces el área de Londres cada año. Además, el 60% de los rascacielos más altos actualmente en construcción se encuentran en China de acuerdo con el Council on Tall Buildings and Urban Habitat.
Por otro lado, como ya hemos visto en anteriores publicaciones, el sector de la construcción es uno de los más contaminantes. Construcción y mantenimiento de edificios suponen el 39% de las emisiones de dióxido de carbono globales.
La combinación de este cambio de necesidades en la sociedad y la problemática ambiental del sector de la construcción pueden suponer un cambio en el futuro de los rascacielos. Muchos analistas creen que los rascacielos tenderán a desaparecer. No obstante, hubo una creencia similar después de los atentados del 9/11 y finalmente en estos últimos 20 años se han construido más rascacielos que en todo el último siglo.
El futuro de los rascacielos dependerá de la capacidad de adaptarse a las nuevas tendencias
Las medidas que se están adoptando pueden dar solución a las problemáticas descritas en este articulo. Scott Rechler, presidente y jefe de RXR (empresa del sector de los bienes raíces), determina que los vecindarios que presentaban una mezcla diversa entre edificios residenciales y de oficinas tienen un mejor comportamiento ambiental. Esto se debe, a que la distancia que se deben mover las personas diariamente es menor. Disminuyendo así, la generación de gases de efecto invernadero.
Disminuir el tiempo de transporte, elimina una de las resistencias que presentan las personas a la hora de ir a trabajar. Este factor favorece a los rascacielos que dependen de la vuelta a las oficinas por parte de los trabajadores.
Los objetivos de reducción de huella de carbono vienen acompañados de normativas en la construcción de edificios. Las instituciones quiere favorecer un cambio hacia la construcción sostenible. Este tipo de construcción permitirá disminuir la huella que genera el sector durante la ejecución y el mantenimiento posterior, haciendo que sean cada vez más verdes. Además, el cambio de hábitos ha impulsado diseños con más aire fresco, luz solar y espacios abiertos dentro de los edificios de oficinas.
En conclusión, los rascacielos van a seguir siendo parte de nuestro día a día. El crecimiento poblacional y la migración a las ciudades demanda más espacio en el mismo terreno. Además, los rascacielos siempre han sido referente del poder económico que presenta una sociedad. El cambio climático y el cambio de hábitos obligan a adaptar la manera de construir rascacielos. Una tendencia hacia una mayor eficiencia y flexibilidad tanto en el diseño como en el proceso.
Para poder cubrir estas nuevas expectativas las constructoras tienen que apostar por la innovación. El futuro de los rascacielos pasa por incoporar sistemas como CoSMoS, que optimicen sus tiempos de ejecución, reduciendo costes e impacto ambiental. CoSMoS optimiza los procesos hasta un 20% y con ello reduce hasta 50 kg de CO2 equivalente por metro cúbico de hormigón vertido en obra.