La aplicación de los principios de economía circular en la construcción puede reducir hasta el 75% de las emisiones del sector
Un reciente informe elaborado en colaboración entre McKinsey & Company y el Foro Económico Mundial revela que la implementación de los principios de economía circular en la construcción podrían disminuir hasta en un 75% las emisiones de dióxido de carbono en el sector de la construcción para el año 2050.
Este informe subraya tanto la significativa reducción de emisiones, como también los beneficios económicos sustanciales asociados con la adopción de prácticas circulares en la construcción. La circularidad no es solo una solución ambientalmente amigable sino que también es una gran oportunidad para generar mejores resultados económicos en la construcción.
Con la necesidad de construir 30.000 millones de metros cuadrados de edificios en los próximos 40 años, la demanda habitacional está disparada. Especialmente en los mercados emergentes, como África, Medio Oriente y Asia. Por ello, dado que es necesario cumplir con dicha demanda, la industria de la construcción se erige como un sector clave en la lucha a largo plazo contra las emisiones de gases de efecto invernadero. Dado que casi un tercio de los materiales consumidos y el 26% de las emisiones de carbono tienen origen en este sector. Además, es un pilar laboral y económico, empleando al 7% de la población y representando el 13% del PIB. Por todo esto, es esencial adoptar las estrategias adecuadas en el sector.
¿Dónde se pueden aplicar los principios de economía circular en la construcción?
La reducción potencial del carbono se concentra en seis materiales de construcción esenciales: cemento y hormigón, acero, aluminio, plástico, vidrio y yeso. La implementación a largo plazo de conceptos circulares en estos materiales podría resultar en una reducción del 75% de las emisiones para 2050. Además, en 2030, la recirculación de materiales, así como la captura de carbono y su almacenamiento o uso, contribuirán a una reducción inicial del 40%.
En este aspecto, el cemento destaca entre las demás, no solo por la mayor reducción ambiental sino por el gran aumento de la rentabilidad asociada.
La combinación de estos principios de circularidad con la implementación de nuevas tecnologías y herramientas digitales como CoSMoS van a transformar digitalmente el sector de la construcción.
En conclusión, el sector de la construcción posee un inmenso potencial para la implementación de prácticas circulares. Esto no solo conlleva beneficios ambientales cruciales, sino también oportunidades económicas sustanciales derivadas de la optimización de procesos y la reducción en el uso de materiales. La adopción de estrategias sostenibles no solo contribuirá a un futuro más verde, sino también a un sector de la construcción más resiliente y rentable.